Existen muchos tratamientos para mejorar el cuerpo. ¿Pero, sabías que la mente también se puede fortalecer a través de la terapia de hielo?
Cada vez es más común escuchar que los atletas de alto rendimiento, acuden a métodos innovadores para regenerar el estado ideal de su condición física, con ayuda de técnicas que implican sumergir el cuerpo en hidromasajes a bajas temperaturas o en hielo, para estimular y relajar el sistema muscular y nervioso.
Es así como en algún momento te contamos la historia de Olga Lucía Manjarrez, quien nos habló sobre los beneficios que esta actividad le trajo a su vida deportiva. Sin embargo, ¿habías escuchado que la terapia de inmersión en agua también tiene beneficios únicos para tu salud mental?
Es por esto que, pensando en tu bienestar, Firplak te comparte los beneficios que la terapia de hielo le puede traer a su salud mental.
¿Por qué es importante el método Wim Hof?
Antes de comenzar, es necesario que conozcas a Wim Hof, quien es el creador del método que lleva su nombre y ha traído beneficios con esta técnica, que consiste en exponer el cuerpo a bajas temperaturas, siendo la inmersión en agua o hielo la más popular, mientras se lleva a cabo un trabajo de meditación para romper con la barrera inicial del miedo al frío.
Este método es importante debido a que las bases de esta práctica confronta el miedo a las bajas temperaturas, a través de respiración y exposición gradual al frío en hidromasajes, duchas o corrientes de agua natural.
Al principio, te puede sonar descabellado porque nuestro cuerpo no está acostumbrado a someterse a bajas temperaturas y probablemente tu primer contacto con el hielo sea impactante. Sin embargo, como dice el mismo Wim Hof, “el agua sigue estando fría, pero la respuesta a la ansiedad desaparece”.
¿Cuáles son los beneficios que tiene la terapia de inmersión en agua para la salud mental?
Esta técnica ha llamado la atención de los científicos, debido a sus antecedentes en nadadores que hacen sus rutinas de práctica en agua fría y han mejorado su estado de ánimo notablemente. Es por esta razón que los análisis han arrojado resultados alentadores, ya que un estudio realizado en el Reino Unido a principios del año 2020, demostraron que algunas personas que aprendieron a nadar en bajas temperaturas, regularon las emociones que afectaban su vida diaria de una forma altamente perceptible.
Si vamos más allá, el diario The New York Post, afirma que en un estudio de caso en la Gran Bretaña en el 2018, una mujer con diagnóstico de depresión y ansiedad, comenzó a trabajar la natación en aguas frías y a lo largo de 4 meses de práctica, su medicación fue retirada gracias a los resultados del trabajo en bajas temperaturas.
Entonces, ¿cómo la terapia de inmersión puede beneficiar mi salud mental? Los estudios afirman que sumergirte en agua fría puede liberar grandes cantidades de dopamina, la sustancia que ha sido llamada como la molécula de la felicidad, además de activar la rama parasimpática del sistema nervioso que hace que tu cuerpo se relaje después del sumergimiento.
Si complementas esto con la meditación que el método Wim Hof te propone, puedes llegar a relajar tu mente y olvidar problemas que tengan que ver con la depresión y la ansiedad, para lograr una salud mental más estable.
¿Cómo practicar la terapia de inmersión en agua?
Si bien Wim Hof sugiere hacerlo en ambientes con temperaturas bajo cero, sabemos que esto es muchas veces imposible debido a que las condiciones climáticas no son propicias para practicarlo. Sin embargo, existen varias formas de hacerlo, como lo es la natación en agua helada o la manera más común y óptima para realizarlo, por medio de un jacuzzi o hidromasaje asistido de un instructor autorizado.
¿Te animas a practicar la terapia de inmersión?
La terapia de inmersión es una forma de conectar con la naturaleza y con nosotros mismos, a través de experiencias sensoriales que nos ayudan a relajar el cuerpo y la mente.
Los beneficios de esta práctica son múltiples: desde reducir el estrés y la ansiedad, hasta fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la circulación. Además, la terapia de inmersión puede realizarse en diferentes entornos naturales, como bosques, ríos o montañas, o incluso de forma virtual, gracias a las nuevas tecnologías.
Sea cual sea la modalidad que elijas, lo importante es que te permitas disfrutar del momento presente y de los estímulos que te ofrece la naturaleza. Así podrás experimentar una sensación de bienestar y armonía que te acompañará en tu día a día. ¿Te animas a probar la terapia de inmersión?
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